Matrimonio, un desafio apasionante


¡QUE ES EL MATRIMONIO?

Dice el profesor Enrique Rojas en su libro “Remedios para el desamor” que para llegar a un proyecto común de vida de dos personas unidas por el amor (eso es el matrimonio) es necesario que cada una de las personas tenga a la vez un proyecto personal de vida.
Resulta muy interesante este planteamiento y requeriría unas cuantas consideraciones acerca del proyecto personal de vida, una de ellas me sugiere que una persona con un proyecto personal no es esclava de las circunstancias y los momentos. Pero pasemos al asunto que nos ocupa: un proyecto común.


¿Que es el Amor en el Matrimonio?

El proyecto común es de amor, y el amor tiene unos componentes (el autor citado utiliza el término “alquimia del amor”). El componente primario del amor es el sentimiento, es el origen. Es, normalmente, el sentimiento lo que nos mueve a amar a alguien.
El amor es también una tendencia a estar con el otro y para que este amor tenga visos de éxito debe existir un marco común de referencias , una serie de creencias básicas compartidas (un proyecto común). El amor no puede mantenerse solo con el sentimiento o con unas tendencias ya que es un proceso dinámico, varía como varían las personas y las situaciones que las condicionan.
Por todo ello el amor debe tener una base en la voluntad, el amor es un acto de la voluntad que hace que cuando esas tendencias desaparecen o se debilitan seamos capaces de seguir amando, sencillamente porque queremos seguir amando y es nuestro compromiso.
Decía Paul Johnson que el matrimonio es un trabajo y que como tal, cuesta esfuerzo. Efectivamente, no siempre “apetece” trabajar pero el hombre es capaz, porque quiere –voluntad–, de seguir trabajando. Esto le cuesta esfuerzo. ¿Quién ha dicho que amar no suponga esfuerzo?. A una madre junto a la cabecera del hijo enfermo no le “apetece” estar en tal situación pero está, porque ama. Otro componente básico del amor es la inteligencia (“amor inteligente”) que nos ayuda a conocer lo importante y lo accesorio y que nos ayuda a actuar racionalmente para salvaguardar el amor.

Compromiso en el Matrimonio

Como colofón, el amor es compromiso, es libre. No puede ser esclavo de momentos, sentimientos o apetencias. Coincide en muchos puntos con este planteamiento el profesor Viladrich quién plantea una teoría muy interesante: en toda relación de amor hombre/mujer se dan una serie de tendencias, a saber: Tendencia básica a estar juntos, a estar solo contigo, siempre y a recrear las cosas (hacer el mundo juntos, hacer nuestro mundo).
Cualquiera que analice esta relación llegará a afirmar que esto ocurre. El matrimonio es una fase de este amor y ocurre cuando los enamorados deciden –compromiso– que esas tendencias (instintivas) las van a mantener libremente en el tiempo. Yo me comprometo a que esto que vivimos lo mantengamos.
El matrimonio es por tanto, en su raíz, un compromiso libre de mantener lo que sucede entre nosotros. Lejos de estas ideas se sitúan aquellas, tan en boga, del matrimonio como un convencionalismo social o como un contrato social de intercambio.
El compromiso es libre, repito, y no depende de apetencias, instintos , sentimientos. Igual que las cuatro tendencias son objetivamente verificables, también lo es que el amor es expansivo, irradiante, no se queda en el interior, se demuestra, y surgen frutos de entrega a los demás, de ayuda, de hacer crecer mas ese amor.

Respeto en el Matrimonio

Al hilo de esta reflexión, y en lo concerniente al amor hombre/mujer, el paradigma de ese amor expansivo es lo propio de una manifestación de ese amor, el hijo. Forma por tanto parte de este Proyecto común el hijo como expresión de ese amor.
Obviamente el fruto de cada relación hombre/mujer no es, por naturaleza, un hijo. Además puede haber razones objetivas (médicas, económicas, etc..) que aconsejen no tener mas hijos o retrasar su nacimiento. En el caso expuesto es tal la presión de la sociedad y de los medios de comunicación que automáticamente la pareja recurre a los métodos anticonceptivos más “cómodos” y seguros.
La “comodidad” de tales métodos (normalmente más cómodos para el hombre, claro) plantea problemas para vivir el matrimonio como un proyecto común, no son las dos partes las que se implican al cien por cien, ni los dos los que aportan esfuerzos similares.
En este sentido considero mucho más justo y afín a la naturaleza del hombre el ejercicio de la Planificación Natural. La Planificación Natural no es un método anticonceptivo ya que no consiste en evitar embarazos (=anticoncepción) sino en una forma de vida que implica al hombre y a la mujer y que potencia la sensación de vivir algo en común. Consiste en no mantener relaciones cuando el ciclo de la mujer es fértil.

Matrimonio es amor

El amor hombre/mujer se demuestra de muchas maneras y no solo por medio de las relaciones sexuales. Resulta difícil vivir así en una sociedad tan “genitalizada” como la nuestra. Nadie ha dicho que el amor verdadero sea fácil, lo fácil suelen ser sucedáneos del amor.
Nuestro mundo huye del esfuerzo, busca lo fácil y placentero pero la vida real no es así, además estoy seguro que un matrimonio que lucha día a día por su amor y en el que cada uno piensa más en el otro es un matrimonio mucho más feliz que aquellos que viven un amor fácil y sin complicaciones.
Es necesario romper barreras y prejuicios, pensar por libre. Llegaremos a la conclusión de que, efectivamente, dos que luchan juntos se aman más y mejor y además están mas cerca de la felicidad.

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